Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
Meditaciones en devoción al Sagrado Corazón de Jesús Meditación y oración para cada día del mes de Junio, dedicado a Sagrado Corazón.
Meditaciones en devoción al Sagrado Corazón de Jesús Meditación y oración para cada día del mes de Junio, dedicado a Sagrado Corazón.
Junio ha sido proclamado como el mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, para que oremos por El con fervor y entrega.
Les presentamos una devoción para orar cada día, inspirada en
los nardos, esa flor que tanto agrada al Señor.
Oremos para que el Sagrado Corazón de Jesús aumente nuestra
fe.
Recordemos que es primer Viernes el cual es la celebración del
Sagrado corazón y primer sábado de mes el cual es consagrado a nuestra Madre la
Virgen Maria.
Nardo del 1ro de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, Luz en
este mundo de oscuridad!
Meditación: Corazón Sagrado, enllagado y
martirizado por nuestros pecados, sé nuestra Luz para vivir sólo en Ti, y así
poder seguir nuestro camino para llegar un día a habitar junto al Padre
Celestial
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame
Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea
guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan
Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que sepamos plasmar en nuestro pobre
corazón, lo que nos enseñó el Hijo de Dios. Meditemos cuán poco sabemos de
El.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 2 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
Llama ardiente!
Meditación: El Corazón de mi Jesús tanto amó,
que en llama de fuego se presentó para purificar, para salvar, para amar…¡Pero
quién lo ha de mirar!. Si muchos lo llegamos hasta a despreciar, a no buscar, a
ignorar, pues no queremos que nos venga a señalar las miserias y tibiezas que
nuestro pobre corazón encierra. Seamos ardientes amantes de Cristo, consumidos
por el Fuego de Su Amor, para poder así limpiar nuestro corazón y llegar a
servir a nuestro Dulce Señor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una buena confesión,
ofreciéndosela al Sagrado Corazón de Jesús.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 3 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón,
refugio del Niño Dios!
Meditación: En una Doncella latía un Pequeño que
renovaría la tierra vacía, ya que en ella sembraría semillas para llenarla de
Vida. Aquel pequeño Corazón era el Sol que con Su calor nos enseñaría lo que es
el Amor, con Su Luz a no perdernos en la oscuridad, con Su Omnipotencia a
aumentar nuestra Fe, con Su silencio el valor de hacernos pequeños y con Su
Presencia la Única Senda, pues El es el Rey.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:Comulguemos pidiéndole al Señor tener
un corazón pequeño, y que sea El nuestro único sustento.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 4 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, cuan
manso y humilde sos!
Meditación: ¡Ay! de nosotros los hombres, todos
queremos ser SEÑORES, si, con mayúsculas…no queremos ser pequeños, debemos
competir, ser los mejores, hinchar nuestro corazón de orgullo, llenarnos de
vanidad. Ser manso…eso es de débiles, de aquellos que poco saben, que no poseen
imagen. Pero a pesar de eso, sabes Señor, te lo digo al oído, con vergüenza: "Yo
soy cristiano, he sido bautizado…".
¡Oh! mi Dulce Señor, cuanto te he profanado si estoy lleno de estos pensamientos mundanos. Tú, el Corazón más humilde y el más sublime, el más manso, el Todopoderoso. Tú nuestro Dios hermoso, mi Dulce Esposo. Me olvidé de Tu Imagen, por ser yo la imagen de un dios pagano, de aquel que produce el escarnio de lo que Tú en mi pusiste de santo. ¡Perdóname Señor!.
¡Oh! mi Dulce Señor, cuanto te he profanado si estoy lleno de estos pensamientos mundanos. Tú, el Corazón más humilde y el más sublime, el más manso, el Todopoderoso. Tú nuestro Dios hermoso, mi Dulce Esposo. Me olvidé de Tu Imagen, por ser yo la imagen de un dios pagano, de aquel que produce el escarnio de lo que Tú en mi pusiste de santo. ¡Perdóname Señor!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:Ofrezcamos una jornada de silencio,
comparando la vida de Jesús con la nuestra.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 5 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué
tierno sos!
Meditación: Dicen que una vez la Santísima
Virgen a un niño se le presentó, le habló del Amor y de su Corazón, pero el niño
que sorprendido la escuchaba se atrevió a preguntarle por el Niño Dios. De tal
modo, una conversación parecida a ésta se escuchó:
Perdón, Virgen María, ¿pero si voy al Cielo voy a poder jugar con el Niño Jesús?. La Virgen sonriendo contestó: "Sí, en el Cielo se te da todo lo que buscas con un corazón de niño". El pequeño prosiguió: ¿Al fútbol también podré jugar con El?. La Virgen contestó: Si así lo deseáis... El niño: Ah, pero siempre va a ganar Jesús, porque El es el mejor, es Dios. La Virgen, llena de ternura, contestó: "No, mi amor, porque en el Cielo no hay competencia y mi Jesús siempre deja ganar…". A lo que el niño, poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero ganar, sólo quiero ser como Jesús...".
¡Qué lección la de la Madre de Dios!. Ella nos muestra la humildad y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos da, nos deja hasta querer ¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver que el Rey, todo Poder, trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a nosotros?.
Perdón, Virgen María, ¿pero si voy al Cielo voy a poder jugar con el Niño Jesús?. La Virgen sonriendo contestó: "Sí, en el Cielo se te da todo lo que buscas con un corazón de niño". El pequeño prosiguió: ¿Al fútbol también podré jugar con El?. La Virgen contestó: Si así lo deseáis... El niño: Ah, pero siempre va a ganar Jesús, porque El es el mejor, es Dios. La Virgen, llena de ternura, contestó: "No, mi amor, porque en el Cielo no hay competencia y mi Jesús siempre deja ganar…". A lo que el niño, poniéndose a llorar respondió: "Entonces yo no quiero ganar, sólo quiero ser como Jesús...".
¡Qué lección la de la Madre de Dios!. Ella nos muestra la humildad y la ternura del Corazón de Su Hijo, que todo nos da, nos deja hasta querer ¨ganar¨ para que podamos aprender a ser como El, y ver que el Rey, todo Poder, trabaja en la pequeñez. ¿Qué nos queda entonces a nosotros?.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que tratemos de ser niños guiados
por la voz de nuestra Madre, practicando la humildad.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 6 de Junio:
¡Oh Sagrado Corazón,
valiente y obediente!
Meditación: Oh Delicioso Señor, que nos
enseñaste desde Tu ímpetu juvenil a combatir, cuando a Tu Madre confiaste, a Tus
dulces doce años, que a los doctores explicabas las cosas de Tu Padre. Eras
apenas un niño, pero en Ti el Amor había vencido a todo temor, ya que cumplías
con obediencia el Querer de Quien te había enviado. No importaban los escarnios,
las burlas ni tu pequeñez, pues la Sabiduría y el Amor habían de vencer. ¡Que
vergüenza la de mi pobre alma siempre llena de temor para defender las cosas de
mi Dios, tanto con la voz como con el testimonio que doy! ¿Y no es el miedo
acaso falta de Fe?, pues yo nada soy, todo lo es y lo hace el Señor. Entonces si
El habita en mí, y me hace vivir, sólo tengo que servir para llegar a ser un
instrumento y un puente hacia el Cielo.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Seamos discípulos del Señor
haciéndolo conocer más y más, prediquemos a un hermano para que pueda encontrar
a Cristo en su corazón.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 7 de
Junio:
¡Oh Sagrado Corazón, qué
sensible y sencillo sos!
Meditación: Me parece entrever por una ranura de
la casa de Nazaret a un Joven trabajador que con habilidad modelaba un rústico
trozo de madera; en el aire se percibe un rico olor a viruta fresca…parece
absorto. De repente y ante una suave voz levanta Su cabeza…es el Rostro de Mi
Señor, que diligente y obediente responde al llamado de Su Madre. En la otra
habitación, en su lecho un anciano agonizante respira agitadamente…es el pobre
papá José. En la Mirada Amorosa de aquel Joven Niño se reflejan tanto amor,
tanto dolor, tanta paz. Entre tiernos cuidados y santas lágrimas José inicia su
marcha, hasta que se abra la Puerta de la Morada Santa.
¿Somos capaces de imitar la sencillez y el amor que el Señor prodigó a todos los que tocó en Su vida terrena?. ¿O escapamos en el mundo de hoy del cuidado de los ancianos y necesitados?. Justificándonos en que tenemos nuestro trabajo y en que no podemos angustiarnos tanto, ni siquiera podemos dar una sonrisa para aquel que agoniza. ¡Tenemos que vivir…vivir para morir!. Amar de verdad es dar todo hasta desgarrar nuestro mísero corazón en ofrenda al Señor, como lo hizo el Redentor.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:Demos cuidado y amor a un anciano
necesitado, como lo hizo y lo hace el Señor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 8 de
Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que
enviaste al Espíritu Santo!
Meditación: Jesús que nos enviaste tu Santo
Espíritu, que nos permitiste por Tu inmenso Amor ser templos del mismo Dios,
para así vivir en Ti y recibir a la Divinidad en nuestra pobre casa, llenándola
de gracias. Que seamos vasijas de barro, purificadas por el Fuego ardiente de
Dios, para que Sus dones se derramen en nuestras almas. ¡Oh que sublime posesión
sería ésta, ser poseídos por el Espíritu Divino que nos guía y renueva como
verdadera Iglesia!.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos la efusión del Espíritu
Santo sobre cada uno de nosotros y sobre toda la Iglesia.
"Ven, Espíritu Santo, ven, por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, Tu Amadísima Esposa, ven¨" (se repite tres veces).
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
fuente inagotable de amor!
Meditación: Jesús tanto nos amó que no sólo
hasta Su última gota de Sangre derramó, obedeciendo la Voluntad del Padre que lo
envió, sino que también desde la Cruz nos dejó a Su Santísima Madre, a la más
Bella Mujer que jamás existiría, para que sea nuestra guía. En Pentecostés,
Ella, confirmando su apostolado, está reunida con los discípulos esperando la
venida del Paráclito, cumpliendo así con lo señalado por su Divino Hijo. Así la
Criatura más Perfecta, la Inmaculada, la Llena de Gracia, se convierte en Madre
de la Iglesia, participando del misterio de la Corredención. Ella ve con dolor y
con amor todas las asechanzas, tropiezos y persecuciones que el enemigo prepara
frente a nosotros, interponiéndose para nuestra protección como la Mujer Vestida
de Sol, y señalando el camino del regreso de Cristo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Recemos el Rosario a la Santísima
Virgen, para que sea nuestra protectora y nuestra guía.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
modelo de virtudes sos!
Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste
perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba
la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con
pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres
que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos
dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a
semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos,
pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino.
Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos
todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de
participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su
Sagrado Corazón la lanza.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer
más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
desgarrado en el Huerto!
Meditación: Señor, estás solo…solo desde hace 20
siglos…solo hoy…solo en el Getsemaní…solo en Tu sufrimiento. Como en aquel
tiempo, sentís frío, el frío del abandono, el frío del dolor, el frío de la
falta de fe y amor. Frío y soledad en el Huerto…frío y soledad en el Sagrario.
Los hombres de hace dos mil años y los hombres del mundo actual se olvidaron del
Maestro, de que nos hiciste Tus amigos, y nos tomaste como hermanos. Tú, el
mismo Dios, te hiciste pequeño. Tú, el Dueño, el Hombre Dios, has sido
nuevamente olvidado por todos aquellos que decimos ser Tus testigos, que te
seguimos, pero nos quedamos dormidos. ¡Somos tibios!. Nuevamente no oramos…como
antaño…no te acompañamos ni reparamos las ofensas que a través del pecado
desgarran Tu Sagrado Corazón. Por todo ello Señor, Mi Dios, perdón.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Adoremos al Señor en el Sagrario,
meditando particularmente respecto de todo lo que El nos da, y también sobre nuestras faltas de caridad.
Nardo del 14 de Junio
Nardo del 15 de Junio
Nardo del 16 de Junio
Nardo del 17 de Junio
Nardo del 18 de Junio
Nardo del 19 de Junio
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 20 de Junio
Nardo del 21 de Junio
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
escarnecido por nuestros pecados!
Meditación: Señor…en la oscuridad del Getsemaní,
la Luz de Tu Presencia. Señor…que sentías en aquella brisa fría la cercanía de
Tu agonía. Señor…te veo arrodillado y orando, Tu respiración se acelera…puedo
sentir el dolor de Tu Corazón, de ese Corazón que en ese instante sintió todos
los pecados, los más sucios, los más inmundos, los cometidos y por cometer.
Señor, allí Tu Corazón se atravesó. Pobre Mi Señor, el Puro, el Santo,
soportando y sintiendo cada pecado. Señor…estás llorando…Sangre. Señor, de Tu
Santa Frente cual pequeños rubíes gotas de Sangre caen. ¡Oh Señor perdón!,
perdón por las espinas de mis pecados y las de mis hermanos, perdón Señor porque
continuamos tu martirio…perdón Padre porque a pesar de habérnoslo dado, al
Sacrificio de Tu Hijo lo hemos olvidado.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Trabajemos con humildad haciendo un
examen de conciencia, recordando y meditando los pecados capitales: soberbia,
vanidad, avaricia, gula, lujuria, envidia, ira.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
obediente hasta la muerte!
Meditación: La oscuridad del Huerto parece que
se hace más espesa…y allí Tu Figura excelsa, mi Pobre Jesús, agoniza. La Sangre
Bendita cae sobre la roca fría, y hasta parece una alegoría, el corazón del
hombre endurecido cual piedra fría, y sobre él cae el Sudor y el Llanto Santo
que del pecado nos limpia. Como amoroso y dolorido canto te oigo decir: "Padre,
si es posible que pase de Mí éste Cáliz, pero que se haga Tu Voluntad y no la
Mía". La Oblación de Amor ya ha sido dada…se entrega el Hijo…se desgarra el
Padre… "por Amor, a Su propio Hijo entregó". La Voluntad de Nuestro Unico y
Trino Dios es dar todo por amor. Si, por amor a esta pobre criatura que soy yo,
que tantas veces lo negó, que solo quiere bien vivir, y que me sirvan a mí, que
no me importa conocerlo y que con mis miserias y egoísmos he construido ídolos
en el lugar del Santo Templo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Pidamos al Señor vivir cumpliendo Su
Santa Voluntad, y aprender a amar. Leamos y reflexionemos la Primera Carta a los
Corintios, 13.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 14 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que
amas el silencio!
Meditación: Jesús, que viniste al mundo a
sufrir, pero antes debías con nosotros convivir. El Niño de Nazaret, el Hombre
del Calvario, en el silencio y la mortificación cumplías la Voluntad del
Creador. Sólo hablaste para enseñar, aconsejar y para mostrar al Dios de la
Verdad. ¡Pero hoy Señor, a todos nos gusta hablar, todos creemos que sabemos, a
pesar de que estamos en el desierto. ¡Cine, televisión y permanente conversación
han quitado de nuestro corazón el lugar que necesitás Vos!. No queremos oír,
solo queremos hacernos respetar, hemos perdido el don de escuchar...somos sordos
de corazón. Y Tú, Jesús, permaneces callado porque ya has hablado, y aun cuando
hoy quieres con nosotros conversar, no te queremos escuchar. Nos estás esperando
como en el Calvario, pero te seguimos abandonando. ¿Sabes Señor, lo que yo creo
que ocurrió?: Te hemos sacado de nuestro templo y en Tu lugar nosotros mismos
nos hemos puesto. ¡Oh Señor!, permítenos sentir en nuestro corazón el amoroso
susurro de Tu Santo Espíritu, para que estos sordos del siglo XXI volvamos a
conversar con Vos y cumplamos con el Divino Querer, haciendo el bien. Que
podamos repetir: "Señor, habla, que Tu siervo escucha".
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una jornada de silencio
tanto exterior como interior, alejándonos del ruido del mundo para poder
escuchar la Voz de Dios.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 15 de Junio
!Oh Sagrado Corazón,
Corazón del Uno y Trino Dios!
Meditación: Corre una brisa fresca y parece que
junto al pequeño río algo de naturaleza despierta...es el Jordán...un pequeño
gentío, allí está el Bautista...se acerca imponente mi Jesús, sin pompas, con
sencillez pues es el Verdadero Rey. Se miran, se dicen unas pocas palabras y en
ese instante el Cielo habla...se abrieron los Cielos y descendió el Espíritu de
Dios. Al mismo tiempo se oyó una Voz que desde el Cielo dijo: "Este es Mi Hijo,
el Amado, este es Mi Elegido" (Mateo 3-16).
La misma Trinidad se presentaba en la tierra Santa, mostrándonos en lo pequeño un gran misterio. Tres personas distintas y Un sólo Dios. Jesús, al decirle Sus discípulos "muéstranos al Padre" respondería: "hace tanto tiempo estoy entre ustedes y todavía no me conocen". Nuestra limitada naturaleza no puede entender la ilimitada magnificencia de Dios, Uno en el Otro está, y el mismo Corazón es de nuestro Unico Dios.
Pidamos al Corazón del Hijo conocer el Amor del Padre, y encerrarnos en El, cubiertos con las Alas del Espíritu Santo.
La misma Trinidad se presentaba en la tierra Santa, mostrándonos en lo pequeño un gran misterio. Tres personas distintas y Un sólo Dios. Jesús, al decirle Sus discípulos "muéstranos al Padre" respondería: "hace tanto tiempo estoy entre ustedes y todavía no me conocen". Nuestra limitada naturaleza no puede entender la ilimitada magnificencia de Dios, Uno en el Otro está, y el mismo Corazón es de nuestro Unico Dios.
Pidamos al Corazón del Hijo conocer el Amor del Padre, y encerrarnos en El, cubiertos con las Alas del Espíritu Santo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos la oración de los pastorcitos de
Fátima:
Oh Dios mío, yo creo, espero, adoro y Os amo y Os pido perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no Os aman (repetir tres veces). Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los Tabernáculos de la tierra en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales El mismo es ofendido, y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María Os pido por la conversión de los pecadores. Amén
Oh Dios mío, yo creo, espero, adoro y Os amo y Os pido perdón por todos los que no creen, no esperan, no adoran y no Os aman (repetir tres veces). Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, Os adoro profundamente y Os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los Tabernáculos de la tierra en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con los cuales El mismo es ofendido, y por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y por la intercesión del Inmaculado Corazón de María Os pido por la conversión de los pecadores. Amén
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 16 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
traicionado, enllagado, martirizado y destrozado!
Meditación: Oh Señor, casi no te reconozco, ¿por
qué he sido tan cruel contigo, si eres El Cristo?. Estás encarnizado, eres una
llaga viva, te han flagelado...y te han vestido de rey de burlas, envuelto en un
manto púrpura. Perdón, perdón Jesús porque yo te puse ahí.…estas desfigurado,
tan sólo Tu hermosa y tierna Mirada apacigua la vergüenza de mi alma. Ojos
tristes sí, ojos tristes de mi Jesús que ven lo que soy, lo que fui y todo lo
que seré. Pero Tú, Señor, lo haces para darme, darme el perdón, darme Tu Amor y
regalarme la Vida con Tu agonía.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Ofrezcamos un sacrificio al Señor
haciendo algo que sea de Su agrado, pero que nos cueste, recordando que "tu mano
derecha no debe saber lo que hace tu mano izquierda".
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 17 de Junio
!Oh Sagrado Corazón,
taladrado por clavos!
Meditación: Llegaste Señor...es la cima del
Gólgota, la montaña de nuestra maldad y miserias. La regaste con Tu Preciosísima
Sangre, y ahora Señor, en la hora en que el infierno todo te destroza, es el
momento de Tu Victoria, el supremo misterio que comenzaste en el Huerto. La
mañana se pone oscura, parece que el cielo ha perdido toda hermosura. El Madero,
Tu Madre, Juan, y algunas pocas mujeres y discípulos te acompañan en Tu momento
final. Los soldados han comenzado su trabajo y taladran en Tu Santo Cuerpo los
clavos, te han desnudado. Pobre mi Señor, pobre mi Amor, se desgarra aún más Tu
Corazón, y el de Tu Santa Madre despedazándose está...quisiera gritar "¡basta
ya!", pero al igual que hoy, ya nadie detendrá Tu Pasión. ¡No quieren parar, no
quieren escuchar!.
¿Y saben, hermanos?, el Calvario de ayer y hoy es parte del plan más sublime de Amor que hizo nuestro Dios para nuestra salvación, es el Triunfo del Corazón. Si, del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Y así ayer como hoy, mi Señor, quiero bajarte de la Cruz, quiero sacarte los clavos que yo mismo te he clavado con mi pecado. Permíteme morir por Ti para resucitar en Ti.
¿Y saben, hermanos?, el Calvario de ayer y hoy es parte del plan más sublime de Amor que hizo nuestro Dios para nuestra salvación, es el Triunfo del Corazón. Si, del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María. Y así ayer como hoy, mi Señor, quiero bajarte de la Cruz, quiero sacarte los clavos que yo mismo te he clavado con mi pecado. Permíteme morir por Ti para resucitar en Ti.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Que podamos morir a nuestra
voluntad, sacando afuera todo lo que no es de Dios, y viviendo cada instante
como lo haría el Señor .
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 18 de Junio
!Oh Sagrado Corazón,
sediento de amor!
Meditación: Jesús, Jesús...ya sobre la tierra te
han elevado, no puedes sostener Tu Cabeza, de Ella Sangre gotea...de Tu Santa
Boca salen hilos de Sangre. Señor, te escucho decir: "tengo sed...", pero me
miras a mi, ¿Señor, tienes sed de mí?, ¿de esta pobre criatura?. Repites "tengo
sed...", sí, Señor, sed de amor, sed de éste pobre amor que te niego yo...perdón
Señor, ¡perdón Mi Dios!. Mi Cristo, mi amado, escúchame bien, ya que te lo digo
de corazón: "Jesús en Ti confío, perdona todos mis olvidos, "Jesús en Ti
confío", perdona porque te he hecho un "mendigo", un mendigo de amor, que espera
a mi pobre corazón.
Padre, míralos. Mira a Tu Hijo aún mancillado, mira a Su Madre también Crucificada, cambia nuestro corazón para que siendo hijos Tuyos, te llenemos de orgullo.
Padre, míralos. Mira a Tu Hijo aún mancillado, mira a Su Madre también Crucificada, cambia nuestro corazón para que siendo hijos Tuyos, te llenemos de orgullo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos una Hora Santa de Adoración
Eucarística.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 19 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
Corazón Misericordioso!
Meditación: El viento arrecia, parece que la
tierra se pone desierta, todo se oscurece...se va la Luz del mundo, y te escucho
decir: "Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen..." y de repente se oye
un grito desgarrador: "Padre, en Tus Manos encomiendo Mi Espíritu". Mi Dulce
Jesús ha muerto, mi Dios ha muerto...lo hemos matado. De nuestro corazón aún hoy
lo arrancamos, la tierra tiembla...por eso nuevamente están aquí las tinieblas.
Tu Cuerpo Santo cuelga inerte, pero a pesar del temor, un soldado con la lanza
abre Tu Costado, y brotan de Él Tu última gota de Sangre, y Agua. La Sangre de
la Redención, el Agua del Perdón. Así la Luz de Tu Misericordia nos baña en los
sublimes Sacramentos que dejaste en Tu Iglesia Santa. Señor, mi Jesús amado, mi
Redentor, me atrevo a pedirte a Vos que me liberes hoy y me enseñes a pedir
perdón, para mi sanación, bañándome con los Rayos de Tu Misericordioso Corazón.
Que goce así de la Nueva Jerusalén que algún día veré.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Recemos la coronilla a La Divina
Misericordia dada por el mismo Jesús a Sor Faustina Kowalska.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.
Nardo del 20 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
Corazón del Supremo Amor!
Meditación: Oh Señor, todo se ha consumado, todo
nos has dado...la tierra ha crujido cual grito dado por la creación. Ha muerto
el Salvador, el Hijo de Dios, lo hemos matado. Tú, mi Amado, mi Buen Jesús todo
enllagado, con Tu Cuerpo destrozado te encuentras colgado, Tus Ojos se han
cerrado...el cruel suplicio ha terminado. Te bajan de la Cruz, y Tu Pobre Santa
Madre, desgarrada, te recibe en sus Brazos. Con gemidos y llanto, se ha
atravesado su Santo Corazón por una espada de dolor. Parece acunarte como lo
hacía en las claras mañanas de Belén, Ella te besa y te acaricia, tratando de
devolverte la vida. Señor, permíteme besarte y acariciarte como lo hace Tu
Madre, porque Tú por mí te entregaste. Permíteme dar todo por mis hermanos,
aunque tenga que pasar por un calvario. Permíteme estar contigo, aún cuando no
lo merezco, pues he dejado que mi corazón se ponga duro y maltrecho. Permíteme
acompañarte en el dolor, porque así es el Verdadero Amor: compartir el
sufrimiento y ser consuelo.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Meditemos sobre los últimos momentos de la
Pasión del Señor y el dolor de Su Santa Madre.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 21 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
Indulgente y Glorioso!
Meditación: Señor, a pesar de que Tu Corazón ya
no latía, Tu Madre sabía que volverías. Ella con gran Dolor te aguardaba en
oración, Ella esperaba, destrozada y angustiada, Ella confiaba en Tu Palabra.
Señor de la Esperanza, Señor de la Verdad que enseñas a Tu Iglesia, a pesar de
su tibieza, que Tu Palabra no pasará, que todo se cumplirá. Por eso aquella
Dulce Muchacha de Nazaret, la Joven Madre de Belén, la Dolorosa del Calvario,
nos mostraría que con amor y Fe que te volveríamos a ver. Es por eso que a Ella
te presentaste para consolarla y alegrarla, pues El Santo, Su Hijo Amado, había
Resucitado. ¡Cuál no fue el Gozo de aquella Santa Madre!. Alegrémonos con María
pues Jesús está vivo, en Cuerpo y Alma, vivo hace dos mil años y vivo hoy. No
prediquemos a un Cristo Muerto, ya que ¡el Señor Resucitó!. ¡Gloria a Dios!.
Y Este Señor está a nuestro lado, porque la Santa Palabra cumpliéndose está. Él nos dijo: "...donde dos o más estén reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos". Hagamos lo que nos ordena nuestro Señor: "vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva...éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en Mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos..." (Marcos 16, 15-20). Cristo está vivo, es el Único Dios y todo lo hace El, es el Señor que sigue haciendo milagros y acompañándonos...seamos sus humildes instrumentos.
Y Este Señor está a nuestro lado, porque la Santa Palabra cumpliéndose está. Él nos dijo: "...donde dos o más estén reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos". Hagamos lo que nos ordena nuestro Señor: "vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva...éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en Mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos..." (Marcos 16, 15-20). Cristo está vivo, es el Único Dios y todo lo hace El, es el Señor que sigue haciendo milagros y acompañándonos...seamos sus humildes instrumentos.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:Que testimoniemos a nuestros hermanos
que Jesús está vivo, cumpliendo sus mandatos.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
Corazón Eucarístico!
Meditación: ¡Oh Señor, Oh Mi Amor!. Que aquel
Jueves Santo te quisiste quedar entre nosotros perpetuado en el Pan Sagrado.
Señor, te conviertes en nuestro Alimento para que algún día veamos el Cielo.
Cuántos hoy del Supremo Regalo se han olvidado y lo han despreciado, cuántos
hermanos están profanando Tu Cuerpo Santo. Sabes, Señor, muy pocos creen que
estás en el Pan Vivo, que el Vino en Tu Sacratísima Sangre se ha
convertido...¡oh Mi Cristo, cuántos corazones perdidos!.
Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito. ¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.
Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito. ¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Ofrezcamos una mortificación al
Señor por todos los ultrajes y sacrilegios cometidos contra Su Santísimo Cuerpo
y Sacratísima Sangre.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
abundancia de Amor!
Meditación: ¡Oh Señor!. Quién pudiera conocerte
verdaderamente a Vos, Señor que te hiciste Hombre y pescador, para enseñarnos a
trabajar en el Amor. ¡Oh Señor!, que a todos buscas. Tú, el Rey, te sentabas en
una barca y desde el lago de Galilea enseñabas Tu Palabra. Tú, que a los
leprosos curabas y sanabas las almas. Tu mirada era sólo Amor y ofrenda del
dolor que causaba el hedor de las almas putrefactas. Tú, Señor, que conoces
todos nuestros pecados pero a pesar de eso nos sigues amando. Tú, que por
nosotros te sigues dando, para que volvamos a Tu lado. Tú, Señor, que por gran
Misterio nos quieres dar un corazón nuevo para nacer a Vos y vivir en unión con
Nuestro Creador. Señor, que nos regalas la esperanza de habitar algún día en
eterna alabanza en la Morada Santa, permite a este siervo Tuyo tirar las redes
para llevar a mis hermanos hacia Tus Benditas Manos.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla:Pidamos al Señor, en humilde oración,
que podamos ayudar a la conversión de nuestros hermanos.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón, que
te hiciste mi hermano!
Meditación: Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos
quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te
miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno
de dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente
todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada
pides amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la
vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus
enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros
mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me
lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de
oír Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué
vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el
alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme
escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres
fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras,
si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma porque sé que Tú me amas.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Seamos sencillos y regalemos
sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos
en el huerto.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
!Oh Sagrado Corazón,
fuente de unión!
Meditación: ¿Señor, me dejas espiar por una
rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la pequeña Nazaret, pero no pareces
un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto, fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada
es profunda...miras los corazones de todos los hombres. Junto a Ti algunos
discípulos van caminando, creo que son Pedro, Santiago y Juan...los escucho
hablar de otros hermanos que han encontrado, y dicen que no tienen un corazón
sano. De repente los miras y con imponente voz interrumpes su conversación. Se
Te escucha decir: "no os quiero ver juzgar, sino sólo amar y predicar para
cambiar lo que está mal...". Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado el
Maestro.
Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.
Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Oremos para que descienda el
Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando,
conociendo todo aquello en lo que a Dios no agradamos.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
!Oh Corazón Sagrado,
amado reposo de las almas!
Meditación: ¿Sabes, Señor?, cuando te miro Tu
sabes que sonrío, pues veo Tu Dulzura y Poder. Yo sé que eres mi Rey, sé cuánto
me conoces y me quieres, que estás junto a mi y me sigues, que evitas que caiga,
y que consuelas mi alma. Cuando tengo dolor, cuando la oscuridad me quiere
atrapar, Te me acercas y Tu mano me das, y es entonces cuando siento cuánto me
cuidas. Y me dices: "descansa ya, pues Yo, el Amor, estoy junto a vos". Es allí
cuando se disipa mi aflicción y siento Tu calor, me siento dichoso y mi alma
goza. Y el dolor y la noche ya no están, pues Tú lo permitiste para que vea mi
debilidad y conozca Tu Fortaleza. El sufrimiento que purifica, la oscuridad que
hace ver la Luz, porque allí siempre estas Tú.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Preparemos y seamos un Altar a
Jesús, tanto físico como espiritual, para agradecer cuánto nos da.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
confianza y amor!
Meditación: Jesús, mi corazón se ha puesto
triste...porque Tú, que tanto nos quisiste, que nos redimiste, nos miras a
través de los siglos y nos dices lleno de dolor y de amor: "...la falta de
confianza lastima mis entrañas...". Señor, Tú sabes lo que siento cuando te veo
clavado y muriendo por Amor, pero sin recibir amor, pues hoy nuevamente te lo
negamos. No confiamos en Vos, no creemos que eres el único Dios, no vivimos para
Vos, pues si te amáramos confiaríamos en Ti, y Tú serias nuestro único descanso.
Señor, mi amado, Tu sabes que te amo y que por ti clamo, pero también sabes cuan
pequeño es mi amor, pues muchas veces te he negado. Hoy Te pido perdón, y como
sabes bien que Tú eres mi querer, te pido que aumentes mi fe, que me bañes en el
manantial de Tu amor, para ser así el más fiel a mi Rey. Que sea como Tu Mamá:
fiel por toda la eternidad. Y hoy te digo despacito y al oído, a Ti, Mi Cristo,
a Ti, Mi Señor Bendito: "Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Sé mío".
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Digamos varias veces al día "Sagrado
Corazón de Jesús en Ti confío, más aumenta mi fe".
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado
Corazón!
Meditación: Oh Señor, que no sólo nos mostraste
los secretos de Tu Corazón, sino que nos regalaste el Corazón de Tu Madre, la
Mujer Perfecta, la Llena de Gracia, la Virgen Purísima que regaría la tierra a
través de su llanto, para limpiarla de todo pecado. En la aridez flores de
pureza crecerían, cultivadas por Tu Madre Bendita. María, que iluminas las
tinieblas de ésta tierra yerra, con la pura nieve que cae de Tu Inmaculado
Corazón, con una promesa de misericordia y perdón, haz que se abra nuestro
corazón para la conversión, para esperar con alegría, en medio de toda
tribulación, el Triunfo de Tu Inmaculado Corazón, por Ti profetizado .
Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Hagamos en este día las
consagraciones al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de
Jesús.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
¡Oh Sagrado Corazón,
Potestad Sublime!
Fiesta de San Pedro y San
Pablo
Meditación: Oh Jesús, Mí Buen Pastor, que nos
buscas como a ovejas en la tie
rra desierta, que nos cuidas y nos proteges, y Tu cayado levantas para evitar que el maligno hiera a Tus corderitos. Señor, que me buscas en la noche oscura y me libras de toda amargura. Amando siento Tu Presencia, y todo lo demás desaparece; es Tu Gran Poder el que me marca el camino y me guía como a un niño. Esa Luz dorada que de Ti se desprende, y cual luciérnagas hermosas, como estrellas fugaces veo las luces de Tus Angeles. Entonces siento que Tú, Mi Dios, todo eres, todo puedes, pues eres el Rey. Señor, que a pesar de mi pequeñez a mi casa vienes, para llevarme a Ti.
rra desierta, que nos cuidas y nos proteges, y Tu cayado levantas para evitar que el maligno hiera a Tus corderitos. Señor, que me buscas en la noche oscura y me libras de toda amargura. Amando siento Tu Presencia, y todo lo demás desaparece; es Tu Gran Poder el que me marca el camino y me guía como a un niño. Esa Luz dorada que de Ti se desprende, y cual luciérnagas hermosas, como estrellas fugaces veo las luces de Tus Angeles. Entonces siento que Tú, Mi Dios, todo eres, todo puedes, pues eres el Rey. Señor, que a pesar de mi pequeñez a mi casa vienes, para llevarme a Ti.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Comulguemos agradeciendo a Jesús por
todas las gracias que derrama a través de Su Sagrado Corazón.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
Nardo del 30 de
Junio
¡Oh Sagrado Corazón,
Camino, Verdad y Vida!
Meditación: Sabes, Señor, me parece verte en una
colina de la hermosa Galilea. Vestido de blanco estás, el manto no llevas, Tus
discípulos están descansando y el cielo se está pintando de un rojo tornasolado.
Se levanta un rico olor a tierra mojada, y sobre la colina en que pones Tu
mirada un trigal se alza, parece como que el campo se ha vestido de dorado para
alabar al Dios de lo alto. En la otra colina, sencillas flores multicolores
esparcidas la tapizan, y sonríen al nuevo día. Más allá hay un campo ralo en el
que no crece ningún sembrado. Señor, me parece que me quieres decir que el mundo
así está. A pesar de que toda la tierra fue regada con la Santísima Sangre de Mi
Señor, en muchos lugares la semilla no germinó pues no se trabajó con fe y amor.
Fue entonces que la planta murió y la tierra en desierto se convirtió. La otra
colina en la que germinan flores sencillas son las que han luchado en un campo
no tan trabajado, pero donde los talentos a Dios se han presentado y El los ha
premiado. El trigal del cual se saca el Pan son todos aquellos a quienes el
Señor eligió para ser Sus testigos, y que se vistieron de dorado, abrazándose
con nardos pues junto a El su vida han entregado.
Señor, que en la Santa Llaga de Tu Corazón nos abrazas a todos con el Fuego del Amor, escóndenos allí hoy, para evitar que caigamos en el mal. Purifícanos cual metal, para que alcancemos la Verdadera Vida en la Tierra Prometida.
Señor, que en la Santa Llaga de Tu Corazón nos abrazas a todos con el Fuego del Amor, escóndenos allí hoy, para evitar que caigamos en el mal. Purifícanos cual metal, para que alcancemos la Verdadera Vida en la Tierra Prometida.
Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado
Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.
Florecilla: Llenemos el altar que hemos
preparado de flores físicas y espirituales, y cantemos en alabanza al Corazón
del Amor, que es Jesús, Nuestro Redentor.
Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS,
EN TI CONFÍO, MÁS AUMENTA MI FE
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